Mamá, tú eres mi luz

Mamá, tú eres mi luz

Imagen de una rosa para dedicar a mi mamá

Mamá, tú eres mi luz, la luz que ha estado alumbrando mi caminar para que yo pueda levantarme de mis tropiezos y seguir mejorando mi caminar por la vida.
Los vientos quisieron apagar tu fuerza deslumbrante, pero tu amor por mí te mantuvo en pie…

Te amo mamá, te admiro, 
y nunca se apagará tu luz.


Tus manos son dos aves tempraneras, que por medio de su canto elevan una plegaria hacia el cielo, pidiendo por la guía divina de este hijo tuyo. Sé que a mi regreso encontraré ese abrazo que me has reservado bajo tu regazo.

Muchas son las veces que me he jurado, no dejar de ver tus ojos, pues ¿cómo podría? ¡Si la luz de tu mirada está vigilante para impedir que me mis pasos se desvíen!

Madre, madre, tú antes, tú después… presente estás en la hondura de mis pensamientos y sufrimientos, así como en cada alegría que aflora en mí. Tus manos me hablan con silencios cuando presientes que necesito estar a solas con mis luchas internas. Es por eso, tan sólo por eso y por todo eso, madre mía… que cuando nos marchemos buscando el infinito, tanto tu huella como la mía viajarán siempre unidas, sin que jamás se pierda tu diáfano existir.

Miro atrás y me doy cuenta de que has pasado por mucho por darnos lo mejor y hacer que tus hijos seamos lo que hoy somos, grandes personas luchadoras.

Siempre fuiste aquella gran madre que nunca se dejó vencer, una mami que aun con muy poco en su bolsillo lograba hacer maravillas para que a nosotras nada nos faltara. Mamá, eres una mujer enormemente grandiosa, una mujer realmente inteligente y hermosa.

Quiero decirte lo orgullosa que estoy de ti: agradezco cada regaño, cada discusión y  cada consejo que me has dado…

Eres más que una madre, también eres una amiga, un ángel con la cual Dios bendijo mis días para que nunca errara el camino correcto.

Mi mama, mi ángel… te amo mamí.

¡Feliz día, hermosa mujer!

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